Podríamos ampliar el título hablando de la capital importancia de la ilustración en los cuentos ilustrados infantiles . Sobre todo podríamos apuntar al álbum ilustrado para niños, dentro de los principales géneros de la literatura infantil, donde la imagen, la ilustración, se convierte en un elemento crucial a la hora de articular el relato narrativo.
Ya hablemos de álbumes o cuentos ilustrados, lo que está claro es que la ilustración se convierte en el eje fundamental que aprovecha el innato gusto que tiene el niño para procesarlas, dado su momento madurativo, es un recurso sin igual para conectar con ellos y proponerle un mundo de beneficios.
Todo ello convierte a los cuentos ilustrados infantiles en un producto que es más que un objeto de consumo: es un bien cultural y existencial de máxima calidad. Le ayuda al niño a evolucionar y adquirir todas las herramientas conceptuales, emocionales, morales… que le van a ayudar a desarrollarse en ese complejo pero fundamental tránsito hasta convertirse en persona. Un proceso que dura toda la vida.
Vamos a profundizar un poco en ellos.
Entretenimiento formativo
El cuento ilustrado infantil debe introducirse primero de todo en la actividad de juego del niño, este aprende mucho más a través del juego no estructurado. La lectura de un cuento ilustrado debe partir de esa premisa. No es una obligación, es una actividad libre.
A los niños les gustan las imágenes, sobre todo a los más pequeños. Hasta los 5 o 6 años no van a empezar a leer y procesar las palabras y las van a ir manejando poco a poco. La polisemia y profundidad de las ilustraciones de los cuentos va a introducirse en ellos mucho más rápido y, lo que es más importante, lo van a hacer con sumo placer, captando su interés, sobre todo porque lo van a enteder a la experiencia del cuento ilustrado como un juego.
Desarrollo de vínculos sociales
El lector-narrador, habitualmente los padres (no nos olvidemos de abuelos, familia cercana y, por supuesto, sus tutores en guardería y colegios infantiles) establece un diálogo entre niño, el mismo y el propio álbum que le propone al pequeño una de las primeras instancias de desarrollo de sus vínculos sociales y todo lo relacionado con las energías fundamentales para lograrlo: las del apego.
Todo ello se multiplica exponencialmente con el uso de las ilustraciones. Prueba a reinventarte el cuento cada vez que se lo lees a tu hijo, centrándote solo en las ilustraciones, veras como captas su atención. Esa interacción entre el narrador y el oyente es un campo para el acercamiento, para compartir cosas, para estrechar lazos.
Cultivo de las emociones
El cuento ilustrado es eminentemente emocional, le ayuda al niño a explorar un mundo de emociones fundamentalmente a través de los mecanismos de empatía.
En la narración el niño desplaza su centro existencial de sí mismo para vincularse con las peripecias de los protagonistas, siente con ellos, vive con ellos, todo lo que les acontece.
Este mecanismo es idéntico al de la narración adulta. La experiencia emocional de los otros nos ayuda a comprender mejor la nuestra y, sobre todo, nos ayuda a tejer puentes de empatía con los otros, fundamentales en el proceso de socialización del niño.
La imagen transmite muy bien informaciones complejas, sobre todo, si es de calidad y está imbricada en una narración de calidad. El dicho de vale más una imagen que mil palabras es una verdad como un templo.
Adquisición de cultura
La cultura, todos los conocimientos y prácticas de una comunicada humana, que ayudan a la persona que está adscrita a ella a desarrollar su proceso de ser persona (y ciudadano), no es algo que se adquiera sólo en los ámbitos formativos formales, es una actividad que comienza desde el segundo 0 del nacimiento.
El cuento ilustrado infantil, por su especial naturaleza, ofrece todo un completo repertorio de ventajas para convertirse en un vehículo privilegiado para la adquisición de los principales hitos del la cultura que maneja una sociedad determinada.
La imagen tiene una enorme capacidad para trabajar en este proceso. Pensemos la importancia de lo visual en la transmisión de cultura en poblaciones analfabetas (estrictamente sin alfabeto) en las pinturas rupestres de las comunidades prehistóricas o en las esculturas historiadas de las catedrales góticas. Las imágenes enseñan.
Asunción de valores morales
Los valores morales son fundamentales para un correcto desarrollo de la persona. Ellos dirigen y equilibran la vida social valiéndose de una máxima: “tu libertad acaba donde empieza la de los otros”.
Todo el juego de adquicición de cultura, emociones, vínculos sociales, etc. que fomenta la lectura de los cuentos ilustrados para niños conforman la plataforma ideal para inculcar y fomentar en él los principales valores morales y, sobre todo, un espíritu crítico para reflexionar y conformar la propia actitud moral de los pequeños que les sirva para no conformarse con lo que es considerado bueno o malo por la mayoría, propiciando la creación de su propio discurso moral.
Las imágenes ayudan a la reflexión moral dada su capacidad de transmitir emociones, de plantear dilemas morales, de establecer un trabajo conceptual complejo.
Trabajo con la atención
Vivimos en una realidad de sobreestimulación, en un mundo donde los dispositivos móviles y la hiperconectividad entre sus usurios, las aplicaciones informáticas que presentan y el ente de internet promueven un bajo rendimiento en el nivel de atención y, con ello, una empobrecimiento de la memoria y un mayor grado de excitabilidad y falta de autocontrol.
Para elegir una herramienta que nos ayude a luchar contra estos efectos perniciosos de la modernidad no hay nada comparable a los cuentos infantiles ilustrados que se valen de los mecanismos de interés que propone la narración para captar globalmente la atención del niño y hacerle vivir una experiencia por encima del tiempo y las distracciones.
Las ilustraciones obran milagros en la capacidad de atención de los niños. Todos hemos asistido a niños muy nerviosos que no se concentran mínimamente en ninguna actividad como por embrujo mágico se quedan absortos durante largos peoriodos de tiempo con sus cuentos con ilustraciones favoritos.
Inicio y vínculo con el hábito de la lectura
Todos sabemos del error fundamental de fomentar la lectura imponiéndola como una obligación. Por ejemplo, imponiendo la lectura del Quijote o El Lazarillo en la etapa de secundaria.
Antes de llegar allí hay que hacerlo a través del placer que propone el cuento ilustrado infantil. Cualquiera que haya leído estos álbumes a los pequeños sabe del entusiamo que muestran por ellos, sobre todo si el momento de lectura es propicio para su estado emocional, cuando es una elección de los infantes.
Hay que entender que cuando más pequeño es el niño menos capacidad lectora va a tener (en cuanto a la lectoescritura) pero no así en cuanto a su procesamiento de las imágenes. El cerebro del niño las maneja muy bien.
El álbum ilustrado para niños es el mejor inicio para el aprendizaje de la lectoescritura y, más adelante, de la lectura en general.
Todo ello, evidentemente, por el apoyo fundamental de las ilustraciones.
Adquisición de vocabulario
Vinculado al punto anterior.
La capacidad del cuento ilustrado para generar un aprendizaje efectivo a través de las imágenes, le convierten en un aliado inestimable para el trabajo de la adquisición del vocabulario.
Es ideal para transformar imágenes en palabras, grafías en significados. Por ello, hoy en día, se promueve en casa y en el aula el cuento ilustrado infantil para ayudar al proceso de adquisición del vocabulario en el niño.
La importancia de la ilustración en los cuentos ilustrados para niños es tan elevada, genera tantos beneficios en el joven lector, que no podemos más que fomentar su lectura, rodearles de cuentos, para que ellos impregnen sus ávidas conciencias con sueños, vivencias y aprendizajes que les van a ayudar a ser más y a llegar más lejos.
No, no hablo de su triunfo en el mundo laboral (que también) hablo de su felicidad, de su éxito en la aventura de convertirse en personas.